martes, 3 de septiembre de 2013

Vuelta al cole..¡de la vida!

Septiembre se nos tira encima y, con él, las ilusiones que el verano ha dejado flotando en el aire de nuestros pulmones, en el horizonte de nuestros ojos, en las aletas de nuestras narices...Pero ¿Qué me queda de todo eso? No debo ser nada porque la arena de la playa, el sol, el mar y los mismísimos biquinis (de playa) y vermuts (de bareto) me hacen sentir como una mierda, ahora. Los recuerdos de esos momentos que creí felices me hacen daño ahora cuando se me plantan en la cabecita como una realidad inalcanzable. Entonces, algo me podría llevar a pensar...: ¿Fueron felices realmente? ¿O solo estuvieron ahí para torturarme de un modo muy sutil y con carácter "forwardctivo"*?

Y me respondo a mi misma esta chorrada de pregunta: quizá una parte de ellos sí que me hace sufrir. De hecho, una parte me hace sentir como una mierda. La del ligue que se fue y no volverá aunque fuera un tiro al aire, una pierda en el camino, una casualidad que se perpetuó, una evidencia de que "no" que se iba arrastrando como si "sí" por el puro placer de creer tener a alguien cerca; la de las cervezas y las bravas que te llevan al éxtasi momentáneo y te hacen desearlas, a posteriori (ahora sí), durante toda la semana; la de la vana ilusión de, por ser verano y hacer calor, creer que todo el mundo, yo misma, mi situación vital y la de todo quisqui** habría cambiado a mejor para cuando yo volviera de vacaciones...
Pues va a ser que no.

Ahora bien, hay una parte, la que me acerca a la naturaleza, la que me trae los olores del pino que calentado por el sol desprende sus mejores perfumes; la sensación del agua salada en la cara, en los pies, en todo el cuerpo; ver y sentir a los peces que nadan mordisqueando y flotando, arrastraditos por el mar (a su merced de echo) y que confian en él; salir del agua y sentir la arena caliente (¡quemando!) hundiéndose en las plantas de mis pies; el viento fuerte dándome en la cara, en el pelo, haciéndome sentir la fragilidad y la fortaleza de su naturaleza al mismo tiempo (¡y la mía, por ende***!); lo que me hace estar a gusto con lo que hago, con lo que soy... esa parte sí que me gusta recordarla. 

Aunque las dudas siguen estado todavía conmigo, ya no las siento tan fuertes. Lo que dejé aparcado antes del verano regresa ahora a mí y me pide una solución apacible, más meditada y calma. Septiembre me pide prioridades y mi cuerpo responde a la demanda con tonos verdes y amarillentos, los que tocan en esta época.

Creo que voy encontrando el "peace" de la vuelta a la vida...

* siento la chorrada, pero si alguien encuentra un antónimo de retroactividad lo cambiaré ipsofacto. A posteriori serviria, quizás. 
** del latín quisque "cada uno".
*** loc. adv. "por tanto".


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